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“Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente, ¡bendigan al SEÑOR! 
             
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“Oigan, oh reyes; escuchen, oh gobernantes: Yo cantaré al SEÑOR; cantaré salmos al SEÑOR Dios de Israel. 
             
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“Oh SEÑOR, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde el campo de Edom, la tierra tembló; también los cielos gotearon y las nubes gotearon agua. 
             
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Los montes temblaron delante del SEÑOR; aquel Sinaí, delante del SEÑOR Dios de Israel. 
             
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“En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, cesaron las caravanas y los caminantes se apartaban por sendas retorcidas. 
             
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Quedaron abandonadas las aldeas en Israel; quedaron abandonadas hasta que yo, Débora, me levanté. ¡Me levanté como madre en Israel! 
             
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“Cuando escogían dioses nuevos, la guerra estaba a las puertas; y no se veía ni lanza ni escudo entre cuarenta mil en Israel. 
             
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¡Mi corazón está con los jefes de Israel! Los que voluntariamente se ofrecieron entre el pueblo: ¡Bendigan al SEÑOR! 
             
            
    
    
    
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