San Pablo declara que no seguirá recibiendo nada por su predicación y sus labores, para que los falsos apóstoles no se gloríen de su desinterés; o más bien, que no autorizará con su ejemplo, recibiendo nada, a estos nuevos maestros, que sólo buscan su comodidad, vivir de la Iglesia y recibir de ella su apoyo. (San Agustín y Estius)

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