La voz de un águila: en diversas copias griegas, de un ángel que dice: ¡Ay, ay, ay! Es para sancionar, en general, mayores castigos y miserias. La traducción protestante ha seguido esas copias griegas que dicen un ángel; pero el Dr. Wells, en sus enmiendas, ha restaurado la lectura de un águila con la que se había encontrado el antiguo intérprete del latín. (Witham) --- Un águila, debido a su rapidez, está representada aquí como elegida para anunciar con su grito de aflicción en las tres edades sucesivas de la Iglesia, mayores desastres que se sostendrán en las edades anteriores. (Pastorini)

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