Mente y reina en su nombre. En hebreo, "y su corazón no se aparta" de la adoración del Dios verdadero, como le sucedió a Salomón ya muchos otros reyes, a quienes Moisés parece haber tenido en mente. Demasiado número de esposas tenderían a desconcertar y enervar al rey, ya devorar los tesoros de su pueblo. Los abogados judíos le permiten al rey solo 18, y dicen que David y Roboam tenían ese número. Pero este último tenía además 60 concubinas, (2 Paralipomenon xi.

21,) y Salomón tenía muchos más. En efecto, el número parece no estar restringido y, lo que es muy singular, los rabinos permiten que todos, excepto el sumo sacerdote y el rey, tengan tantos como puedan, aunque los sabios aconsejan a la gente que no tenga más de cuatro, lo que parece ser el sentimiento de los mahometanos. Esta libertad fue tomada por los judíos hasta que los emperadores la restringieron, en el año 593 d.C. (Selden, Uxor. I. 8, & c.

) La pluralidad de esposas no era antes un pecado, aunque Salomón se ofendió por excesos demasiado grandes. (San Agustín, q. 27.) (Worthington) --- Oro. Rara vez los reyes poseen riquezas inmensas, sin la opresión de sus súbditos y el gran peligro de caer en la extravagancia. Si David amasó tanto oro, fue destinado a la construcción del templo. Pero Salomón imponiendo fuertes impuestos, alienó los corazones de su pueblo y dio ocasión a la revuelta de diez tribus; y Ezequías provocó un severo castigo al hacer un desfile de sus tesoros a los embajadores del rey de Babilonia, 4 Reyes xx. 15. (Calmet)

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