Desnudo. Habiendo perdido no solo su oro y su honor, sino lo que era peor, habiendo sido despojados también de la gracia de Dios y habiéndolo perdido. --- La vergüenza de la inmundicia. Es decir, del ídolo, que habían tomado por su dios. Es la frase habitual de las Escrituras para llamar a los ídolos inmundicia y abominaciones. (Challoner) --- De la inmundicia, no está en hebreo. Pero sirve para explicar cómo los hebreos llegaron a estar tan desprotegidos y desconcertados. Ver 2 Paralipomenon xxviii. 29.

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