Aire de la tarde. La presencia de Dios a menudo ha sido indicada por un viento inusual. (3 Reyes xix. 12; Hechos ii. 2.) El juez soberano no permitirá que pase el día sin que nuestros primeros padres se den cuenta de su culpa. Se escondieron, amando ahora las tinieblas, porque sus obras eran malas.

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