Felix. Este hombre había sido esclavo del emperador Claudio. El sumo sacerdote, Jonatán, lo había conseguido para que fuera nombrado gobernador de Judea. Gobernó el país con gran crueldad e indignación; ejerciendo el poder de un rey, dice Tácito, con toda la insolencia y la mezquindad de un esclavo, que no está reprimido ni por el miedo ni por la vergüenza. (Tácito, Hist. Lib. V.)

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