Que no escuchará a ese profeta. El argumento de San Pedro es este. Si la desobediencia a las ordenanzas de Dios por la voz de Moisés fue castigada con la muerte, cuánto más severo será el castigo de aquellos que rehúsan obedecer las doctrinas de Jesús, de quien todos los profetas dieron testimonio, y de quienes los apóstoles luego predicó. Cuán diferente es este sistema de sumisión a la enseñanza de los profetas y apóstoles, de ese libertinaje, que socava todo el tejido de la religión, quitando a la Iglesia el poder de mandar y al discípulo la necesidad de obedecer.

¡Por qué maravillosas y progresivas sombras de luz se le hizo al hombre la predicción de este gran profeta! Desde la caída de Adán, se predijo que la simiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente. Muchas edades después, Dios manifestó que de los lomos de Abraham brotaría el Redentor, "en quien todas las naciones serán benditas". Se renueva la promesa a Isaac, y que él brotará de su hijo, pero no de Esaú, sino de Jacob; y de los doce hijos de Jacob, la posteridad de Judá tendrá el privilegio de otorgar un Mesías al mundo, y la señal de su logro es "el fracaso del cetro en la posteridad de Judá".

"Después de una larga serie de eventos y de siglos, un pastor humilde es elegido en la tribu de Judá: es llevado al trono; y a este hombre, David, se repite, que de él brotará el Mesías, y que su reino no tendrá fin. El oráculo es tan explícito en los salmos de ese rey, y en los escritos de los sucesivos profetas, que no solo expresa la raza, la tribu, la familia, sino también el carácter de la madre, el lugar de su nacimiento, el período preciso del evento, el ministerio, el poder, la dignidad, las circunstancias de su muerte, el cambio de alianza y la conversión del mundo.

Las profecías particulares, en su cumplimiento, fueron una señal visible para los judíos del cumplimiento de las profecías relativas al Mesías. De ahí que Pascal muy justamente advierte: "Los profetas mezclan profecías particulares con las del Mesías; que las profecías sobre el Mesías no pueden quedar sin prueba, y que las profecías particulares no pueden quedar sin efecto". (Pensamientos. Xv.

) --- Estos oráculos, que durante un período de cuatro mil años, han sido entregados al mundo, y que se han cumplido completa y visiblemente, aún existen en libros, escrupulosamente conservados por los mayores enemigos de Cristo, y de su santo religión, y demostrar satisfactoriamente que Jesucristo es el gran profeta, y que la religión cristiana es el nuevo pacto, que había sido anunciado tantas edades antes, de tantas maneras diferentes.

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