San Juan Crisóstomo piensa que este bautismo, dado por los discípulos de Cristo, no difirió en absoluto del bautismo de San Juan Bautista; ambos, en su opinión, se utilizan para preparar a la gente para Cristo; pero Alcuin lo interpreta de otra manera. Algunos preguntarán, dice él, si el Espíritu Santo fue dado por este bautismo, ya que se dice que el Espíritu Santo aún no fue dado porque Jesús aún no fue glorificado. A esto respondemos: que el Espíritu Santo fue dado, aunque no de esa manera manifiesta como después de la ascensión; porque como Cristo, como hombre, siempre tuvo el Espíritu Santo residiendo dentro de él, y sin embargo, después de su bautismo recibió el Espíritu Santo, que vino sobre él de manera visible, en forma de paloma; así que antes del descenso manifiesto y público del Espíritu Santo, todos los santos eran sus templos escondidos. (Santo Tomás de Aquino)

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