Y la verdad te hará libre. Se sintieron ofendidos por estas palabras, como si él insinuara que eran esclavos y no un pueblo libre. Le dicen, por tanto, que nunca fueron esclavos de nadie. Solo pueden fingir esto de sí mismos: porque sus antepasados ​​fueron esclavos de los egipcios, de los babilonios, etc. y además ahora eran súbditos, si no esclavos, de los romanos. Pero Cristo habla de la peor de las esclavitudes y les dice que los que viven en el pecado son esclavos del pecado. (Witham)

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