Los hebreos dieron el nombre de profeta a todos aquellos que fueron honrados por el Todopoderoso de una manera particular. Y era una máxima entre ellos, que un profeta podía prescindir de la ley del sábado. (Calmet) --- ¿Quieres saber qué creía él que era Jesús? pregunta San Agustín. Y cayendo, lo adoró. Antes, lo consideraba un hombre santo, un profeta; pero no lo adoró hasta que comprendió que era el Hijo de Dios; mientras que tan pronto como se dio cuenta de esto, cayendo, le rindió ese culto soberano que se debe únicamente a Dios. (Calmet)

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