Después de cumplidos los días de su cargo; es decir, el ministerio semanal; porque durante ese tiempo, los sacerdotes se alojaban en edificios que se unían al templo, separados de sus esposas. (Witham) --- Cuando le tocó a los sacerdotes ofrecer incienso, no solo se separaron de sus esposas, sino que abandonaron su casa; por tanto, se dice, tan pronto como el día, etc. Como se ordenó que el sacerdocio continuara en la familia de Aarón, era necesario que tuvieran esposas.

Pero, como ahora no buscamos tanto a los sacerdotes de la misma familia como a los virtuosos, se ha decretado que los sacerdotes deben observar la continencia perpetua, para que puedan asistir en todo momento en el altar. (Ven. Beda) --- Para la ley del celibato perpetuo del clero, Ver San Jerónimo, lib. I. Cap. ix. 19. advers Jovin. et. ep. 50; también San Ambrosio, en 1 Tim. iii.

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