Dándote poder, etc. Con estas palabras nuestro Salvador parece insinuar que el veneno de las serpientes y las demás cualidades nocivas de algunos animales proceden de la malicia del diablo. Estas son las armas y los instrumentos que nos hace para matarnos, siendo príncipe de la muerte y asesino desde el principio, como lo llama la Escritura. Los judíos atribuían enfermedades, venenos y todas las cosas de la misma clase a los espíritus malignos.

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