El último estado, etc. Pero estas palabras también se dirigen a nosotros los cristianos, que a menudo, y con razón, podemos temer que el vicio que creemos extinguido en nosotros, vuelva de nuevo y se apodere de nuestras almas perezosas y descuidadas, encontrándolas verdaderamente limpiadas de la inmundicia del pecado por el gracia del bautismo, pero desprovisto de toda virtud ornamental y protectora. Trae consigo otros siete espíritus malignos, por los cuales debemos comprender cada inclinación viciosa.

(Ven. Beda) --- El último estado de estas almas es peor que el primero; porque habiendo sido liberados de todos los pecados anteriores y adornados con la gracia, si vuelven a sus iniquidades, se les dará un castigo mucho más grave por cada crimen subsiguiente. (San Juan Crisóstomo, hom. Xliv. Sobre S. Matt.)

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