Jesucristo responde al pensamiento de San Pedro, de que en lugar de sufrir alguna pérdida o mal, debería, por el contrario, recibir una gran recompensa, al ser nombrado pescador de hombres; y, como había capturado tantos peces con la ayuda divina, debería tomar en sus redes innumerables almas, no tanto por su propia industria, sino por la gracia y la ayuda divinas. (Maldonatus)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad