Ven. Beda ofrece aquí una hermosa ilustración de este pasaje en un sentido espiritual. Cuando, dice él, vemos la abominación desoladora donde no debería, es decir, cuando contemplamos herejías y crímenes reinando donde deberíamos ver florecer la verdad y la virtud, entonces que los que están en Judea, tal afeitado, mantuviera el verdadera fe impoluta, huye a los montes; es decir, elevarse a la altura de la perfección; y los que están en el terrado, los que crucifican las obras de la carne, vivan según el espíritu, no desciendan más a su modo anterior de vivir según la carne.

(Ven. Beda) --- Si todas las herejías tienden a la abominación de la desolación, más particularmente lo hace lo que quita con otros sacramentos, y el culto externo de Dios, el sacrificio mismo del cuerpo y la sangre de Cristo; que habiendo sido quitada, como dice San Cipriano, ninguna religión puede permanecer. (San Cipriano, sobre la Cena de Nuestro Señor. Núm. Ii.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad