Pero el que perseverará hasta el fin, en medio de esta escena de prueba y aflicción, en la fe y la caridad, (o como está en el griego; el que conservará su paciencia hasta el fin, griego: o upomeinas, prueba contra herejías, persecuciones, odios o escándalos) se salvarán. Sólo a la perseverancia se le hace esta promesa; porque non quæruntur en Christianis inicia sed finis.

(Tertuliano) Una parte de esta predicción fue, sin duda alguna, cumplida con respecto a los fieles en las primeras persecuciones levantadas por los judíos contra la Iglesia cristiana naciente; pero su completa y literal terminación está reservada para los últimos tiempos.

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