¿Soy yo, rabino? Después de que los otros discípulos hicieron sus preguntas, y después de que nuestro Salvador hubo terminado de hablar, Judas finalmente se aventura a preguntarse si él mismo. Con su habitual hipocresía, desea encubrir sus malvados designios haciendo una pregunta similar con el resto. (Orígenes) --- Es notable que Judas no pregunte, ¿soy yo, Señor? pero, ¿soy yo, rabino? a lo que respondió nuestro Salvador, tú lo dijiste: respuesta que podría haber sido dicha en un tono de voz tan bajo, como para no ser escuchado perfectamente por toda la multitud.

(Rabano) --- De ahí que Pedro le hiciera señas a San Juan, para conocer más positivamente a la persona. Aquí San Juan Crisóstomo observa con justicia la paciencia y reserva de nuestro Señor, quien con su gran mansedumbre y dominio propio, bajo los extremos de la ingratitud, la injusticia y la blasfemia, muestra cómo debemos soportar la malicia de los demás y olvidar todas las lesiones personales.

La Institución del Santísimo Sacramento.

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