Duerme ahora. Estas fueron palabras dichas, por así decirlo , irónicamente. Ha llegado la hora en que seré traicionado. (Witham) --- Parece más probable que luego les permitiera dormir por algún tiempo, compadeciendo su debilidad y dejándolos tranquilos. Porque, no es muy probable que después de la agonía en la que acababa de estar, se dirigiera a sus discípulos con ironía; de modo que las palabras del versículo siguiente, Levántate, vámonos, parecen haber sido dichas después de que él les permitió disfrutar de un breve descanso. (Jansenius) --- San Agustín también supone que después de que nuestro Señor dijo, duermen ahora, se quedó callado un rato, y solo entonces agregó, es suficiente, ha llegado la hora.

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