Hasta. El mismo término sólo aparece de nuevo, (Lamentaciones iii. 8,) donde puede tener el mismo sentido, aunque la Septuaginta, etc., le da aquí un significado completamente opuesto, "el hombre cuyos ojos están abiertos", el profeta. Pero Balaam alude a que no pudo ver al ángel tan pronto como su asno, como lo hace, ver. 4. y cap. xxii. 31. (Calmet)

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