Locura. Mi grito no procede de una rabia impotente, Lucas IV. 28. (Eusebio, Agel.) (Menochius) --- Sé que concederás mi petición. (Calmet) --- No lloraré en vano. (Theodoret) --- No es por mi propia locura que sufro. (Geneb.) --- "Muchos lloran y no son escuchados, sin embargo, es para su beneficio y no por necedad". (San Agustín) --- Cristo oró en la cruz, como lo había hecho en el huerto, para que le quitaran el cáliz amargo.

Pero esto no fue reprochable, ya que se hizo con total sumisión. (Worthington) --- El grito de los labios, o de la naturaleza humana, que estaría libre de sufrimiento, no fue escuchado: (Haydock) porque el grito del corazón, que deseaba que la justicia de Dios fuera satisfecha, fue mucho más fuerte y esta petición fue concedida por Aquel que negó haber notado a su Hijo, Juan xi. 41. (Calmet) --- Este debe ser nuestro modelo.

La sumisión y la perseverancia siempre serán coronadas. El hebreo ahora tiene d en lugar de r, en la palabra dumiya, "silencio", que también es bueno; "No hay silencio para mí". En la noche (Berthier) de la muerte, (Haydock) Dios concedió la petición. (Berthier) --- Aquila da esta idea, non tacebis, como observa San Jerónimo: "harás lo que yo quiero". El hebreo también puede significar: no tengo descanso o lloro sin cesar.

(Calmet) --- La oración de Cristo pidiendo alivio, era condicional. Deseaba absolutamente que se cumpliera la voluntad de Dios, y así fue escuchado, ver. 25. y Hebreos v. 7. Él fue nuestro modelo. (San Agustín, ep. 120.) (Worthington)

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