Y Salomón hizo sacar caballos de Egipto, porque los caballos de ese país eran muy apreciados, siendo tan finos como los corceles árabes, pero más grandes y más poderosos, e hilo de lino, el fino biso de Egipto, parecido a la seda; los comerciantes del rey recibían el hilo de lino a un precio, o "iban a buscar una tropa por un precio determinado", entregado en ciertos mercados establecidos.

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