Pero ahora tráeme un juglar, un arpa, cuya intención es, por medio de la influencia tranquilizadora de la música, retirar su mente del mundo exterior y prepararse para cualquier Revelación que el Señor pueda darle. Y sucedió que cuando el juglar tocaba, que la mano del Señor vino sobre él, llegó a ser portavoz de Jehová.

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