Pero ahora tráeme un juglar. Y sucedió que cuando tocaba el juglar, la mano del SEÑOR vino sobre él.

Ver. 15. Pero ahora tráeme un juglar, ] heb .: el que golpea con la mano un instrumento musical. Un levita, probablemente, quiso decir, que tocó y cantó algún salmo de David. A tal persona que el profeta llama aquí para disipar su dolor, dicen algunos médicos hebreos, por la pérdida de Elías; de cuya traducción, hasta la presente ocasión, el espíritu de profecía, dicen los mismos autores, no descansó sobre él.

Para recomponer su ánimo, dicen algunos, muy movido de indignación por Joram; para lo cual también los pitagóricos, todas las noches al acostarse, tocaban un instrumento. a Y Platón en sus leyes atribuye la misma virtud a la música. Pero además de esto, la mente del profeta podría elevarse a la expectativa de que Dios se comunicara a sí mismo. La manera de ser llenos del Espíritu es edificarnos con salmos, himnos y cánticos espirituales. Por eso cantamos antes del sermón, etc.

un quintiliano, lib. ix. gorra. 4.

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