De modo que dos o tres ciudades, impulsadas por la necesidad, vagaron hasta una ciudad para beber agua, para obtener al menos lo suficiente para sustentar la vida; pero no estaban satisfechos, no podían beber hasta saciarse, y su viaje, hecho con los pies vacilantes como estaba, no les trajo nada. Sin embargo, no habéis vuelto a mí, dice el Señor.

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