Te he herido, como tercer castigo, con voladura y moho, con una plaga sobre los cereales; cuando sus huertos y sus viñedos y sus higueras y sus olivos aumentaron, la enumeración de los casos individuales tendía a enfatizar la visita, el gusano de la palma, la langosta oriental, los devoró. Sin embargo, no habéis vuelto a mí, dice el Señor.

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