Entonces sabría la verdad de la cuarta bestia, es decir, Daniel estaba ansioso por saber, deseaba estar informado, acerca de esta bestia también, que era diversa de todas las demás, tan completamente diferente de ellas, extremadamente terrible, cuyos dientes eran de hierro y sus clavos de bronce, añadiéndose en esta descripción el rasgo de las garras de bronce; que devoró, partió en pedazos y pisoteó el residuo con sus pies;

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