Entonces todos los hombres de Judá y Benjamín se reunieron en Jerusalén en el plazo de tres días. Era el noveno mes, el vigésimo día del mes, entre fines de diciembre y la primera parte de enero, la estación más fría y desagradable de Palestina; y todo el pueblo se sentó en la calle de la casa de Dios, en el patio y en la plaza abierta ante el patio, temblando por este asunto, emocionado y preocupado por la causa por la cual habían sido convocados, y por la gran lluvia, que en esa época cae a torrentes.

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