A pesar de que no escucharon a Moisés, volvieron a ser culpables de obstinada desobediencia; pero algunos de ellos lo dejaron hasta la mañana, y crió gusanos y apestaba; los diminutos gusanos que se desarrollaron provocaron una rápida descomposición. Y Moisés se enojó con ellos a causa de su terquedad.

Y María, la profetisa, hermana de Aarón, que de ahora en adelante toma su lugar al lado de Aarón bajo el liderazgo de Moisés, aunque estaba dotada de dones proféticos, tomó un pandero, una pandereta en su mano; y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas, en una danza religiosa majestuosa y solemne, con marchas y cantos al unísono.

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