Y la hija de Faraón descendió para lavarse en el río, porque tal baño en el arroyo abierto concuerda bien con las costumbres del antiguo Egipto; y sus doncellas, las esclavas asistentes, caminaban por la orilla del río; y cuando vio el arca entre las banderas, envió a su doncella a buscarla. Las otras sirvientas se dedicaron a patrullar el barrio contra cualquier disturbio, el asistente de la princesa fue enviado a buscar el cofre que había despertado la curiosidad de la hija del faraón.

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