pero el séptimo año lo dejarás descansar y reposar, dejarlo sin usar, no intentar cultivarlo, para que los pobres de tu pueblo puedan comer, es decir, lo que produce la tierra sin cultivo, el llamado grano voluntario. ; y lo que dejen lo comerán las fieras del campo. Este barbecho de la tierra le daría la oportunidad de recuperarse. Así harás con tu viña y con tu olivar.

Allí tampoco se recogerían los frutos, sino que se dejarían para el pobre y el necesitado, para las bestias del campo y para las aves del cielo. Este era el llamado sábado de los años, análogo al sábado de la semana.

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