Y conoció sus palacios desolados, o, "profanó a sus viudas", aprovechándose de su desamparo, y arrasó sus ciudades, de modo que su comportamiento tiránico arruinó su propio país; y quedó desolada la tierra y su plenitud, es decir, todo lo que contenía, por el estruendo de su rugido, mientras seguía su cruel derrota.

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