Y dijo Dios: Produzcan las aguas en abundancia seres que se mueven y que tienen vida, y aves que vuelen sobre la tierra en el firmamento abierto de los cielos. A la omnipotente palabra de Dios las aguas debían enjambrar un enjambre de seres vivos, de animales marinos y también de animales alados, caracterizados por el hecho de que vuelan sobre la tierra en la faz del firmamento, es decir, en el lado que está vuelto hacia la tierra. Estos animales se crearon en gran abundancia y hasta el día de hoy se destacan por su número inusualmente grande, como lo han demostrado las estadísticas cuidadosas.

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