Y volvió a dar a luz a su hermano Abel. Este era su segundo hijo, su segundo hijo, cuyo nombre Abel (vanidad) indica que ella estaba sintiendo la vanidad de esta vida terrena y esperaba con más ansia la salvación. Y Abel era pastor de ovejas, pero Caín era labrador de la tierra. Así los dos hermanos continuaron en la vocación de su padre, el hijo menor dedicándose a la crianza de los animales domésticos más pequeños y el mayor a la labranza de la tierra.

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