Y Adán conoció a Eva, su esposa; y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido un varón de parte del Señor. En el orden de la procreación natural, según la bendición que el Señor había pronunciado sobre el hombre y su esposa, Eva dio a luz un hijo, al que llamó Caín (posesión). La razón por la que le dio este nombre a su primogénito se muestra en su alegre exclamación: He conseguido un hombre, Jehová (que es la traducción exacta).

Se había dado la primera profecía mesiánica, y la fe en esta profecía vivía en el corazón de Eva. Por tanto, aunque cometió un error en la persona cuando creyó que este hijo suyo era el Mesías prometido, mostró que su deseo estaba dirigido hacia el hombre, hacia la Simiente de la mujer, que debía aplastar la cabeza de la serpiente. Julio, Adán y Eva fueron los primeros pecadores, pero también los primeros creyentes, el comienzo de la Iglesia de Dios en la tierra. Seguimos los pasos de la fe de Eva.

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