CONTENIDO

Este capítulo comienza con el tema, que toda la historia subsiguiente ha estado manifestando, de la distinción entre la iglesia y el mundo. Abel y Caín forman la gran cabeza de cada uno, y sus generaciones conservan la evidencia del linaje original, para marcar la diferencia entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. Vemos, en este capítulo, la verdad de esa terrible sentencia, de la enemistad, que la simiente de la Serpiente lleva, en todas las épocas, a la Simiente de la Mujer. El historiador sagrado continúa el relato, en este capítulo, de las diferentes ramas de la familia de Adán, hasta Enós, el hijo de Set.

Génesis 4:1 Y conoció Adán a Eva su mujer; y concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido un varón de parte del SEÑOR.

Si, con esta expresión, Eva quiso decir que este era el Dios-hombre al que se prometió que heriría la cabeza de la Serpiente, ¡qué triste error!

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad