Y en cuanto al pueblo, los trasladó a ciudades desde un extremo de la frontera de Egipto hasta el otro extremo de la misma. Al estar sus tierras en posesión de la corona, se ordenó al pueblo que se estableciera en y cerca de las ciudades, donde estaban ubicados los almacenes. Esta medida simplificó la cuestión de alimentar a las grandes masas durante los años restantes de hambruna.

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