Y él dijo: Bendito sea el Señor Dios de Sem; y Canaán será su siervo. El Señor Jehová, el Dios vivo y verdadero, sería el Dios de Sem. De los descendientes de Sem, el Señor eligió al pueblo a quien confió Sus oráculos, las profecías mesiánicas. De los descendientes de Sem, de los hijos de Israel, nació la Simiente prometida de la mujer, Jesucristo el Salvador.

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