Se apartará también la envidia de Epraim, habiendo sido esta hostilidad el factor principal para mantener la división de la nación durante el tiempo de los reyes en el Antiguo Testamento, y los adversarios de Judá serán exterminados: Epraim no tendrá envidia de Judá, y Judá no afligirá a Efraín, es decir, el Israel del Nuevo Testamento, el Israel espiritual, la Iglesia de Cristo, es una unión perfecta y armoniosa, sus diversas partes viviendo juntas en perfecto amor.

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