Porque el Señor ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño profundo, con el cual se quedaron estupefactos, y cerró sus ojos, cegándolos contra la luz del entendimiento; los profetas y sus gobernantes, los videntes, Él cubrió, los mismos líderes que se suponía que debían enseñar al pueblo fueron afligidos con ceguera.

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