Sí, son perros codiciosos, que nunca pueden tener suficiente, la codicia de los falsos profetas se ha vuelto proverbial, y son pastores que no pueden entender, es decir, quieren ser pastores, desean que se les considere así, y sin embargo tienen sin conocimiento de las exigencias de su puesto, no se dan cuenta de que sus acciones desmienten el título que ostentan; todos miran en su propio camino, siguiendo el deseo de su propio corazón malvado, cada uno por su ganancia, desde su cuarto, hasta el fin mismo de la ganancia que pueden obtener de su posición, cada uno con la intención de obtener tanto como sea posible fuera de la gente y fuera de su oficina.

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