Así les diréis: a los judíos se les da un argumento en la misma lengua de los idólatras arameos que intentaban seducirlos para que cometieran idolatría, los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, aquellos en quienes los paganos confiaban en su necedad, incluso ellos perecerán de la tierra, desaparecerán en la nada, y de debajo de estos cielos. El significado, entonces, de la advertencia del Señor es este: no solo los judíos no deben sentir temor de los ídolos paganos, sino que deben declarar a los gentiles que sus supuestos dioses pronto serán olvidados. Frente a la debilidad y la nada de los ídolos paganos, ahora se proclama una vez más el poder omnipotente del único Dios verdadero,

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