Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos te han traicionado, sus parientes más cercanos practicando perfidia contra el profeta; sí, han llamado tras de ti una multitud, persiguiéndolo a la manera de una jauría de perros. No les creas aunque te digan palabras bonitas. Así, el Señor advierte a su siervo contra la hipocresía y la tribulación venidera, al mismo tiempo insinuando que la maldad del pueblo aún no había alcanzado su nivel más alto. Pero eventualmente el juicio los golpearía.

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