mientras sus hijos, toda la nación, recuerdan sus altares y sus arboledas junto a los árboles verdes sobre los altos cerros, es decir, estaban tan profundamente sumergidos en la idolatría que la mera visión de un árbol verde y de un alto cerro despertó en ellos el recuerdo de esos terribles altares y de las imágenes de Asera que habían erigido allí.

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