Entonces dije, o, "Si dijere" , no lo mencionaré, ni hablaré más en Su nombre, tratando de escapar de las experiencias desagradables que acompañan a su valiente testimonio, pero Su Palabra estaba en mi corazón como un fuego ardiente encerrado en mis huesos, que, sin una salida, seguramente lo consumiría, por lo que debía revelar lo que le fue comunicado, y yo estaba cansado de soportar, de abstenerme de testificar por el Señor, y podía no quedarse. Ahora declara la razón por la que no mantuvo su resolución de callar con respecto al mensaje de Jehová.

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