En ese tiempo, cuando el juicio del Señor golpee a los idólatras, se dirá a este pueblo y a Jerusalén, el centro de la vida religiosa judía, Un viento seco, el simún o viento del desierto, con su aliento destructivo, de los lugares altos en el desierto, barriendo desde los lugares altos y a través del desierto, hacia la hija de Mi pueblo, los hijos de la nación escogida de Dios, no para avivar ni para limpiar, no la suave brisa que ordinariamente se lleva la paja como el grano trillado fue aventado,

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad