Señor, ¿no miran tus ojos a la verdad? ¿No busca Jehová fidelidad y sinceridad en todas las cosas? ¿No es él alguna vez el Dios de la verdad? Los has herido, pero no se han afligido, no sienten el dolor, el castigo no les impresiona; Los has consumido, destruyéndolos como nación, pero se han negado a recibir corrección, a aceptar la disciplina del Señor; han endurecido sus rostros más que una roca; se han negado a regresar.Tal es la perversidad de la maldad deliberada que endurece el corazón del pecador contra toda influencia para bien, produciendo tal grado de insensibilidad que todo esfuerzo del Señor es en vano. Es en tales casos que su juicio de endurecer el corazón del pecador a menudo se promulga.

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