¿No miran tus ojos a la verdad? Los ojos vueltos hacia un objeto o hacia un objeto denotan no sólo una inspección diligente y un discernimiento agradable de él, sino también una expectativa o un cuidado ferviente de él. La frase aquí puede tomarse en ambos sentidos, que Dios ve y discierne la verdad, y también la espera de otros, especialmente de aquellos que invocan su nombre en testimonio de ella.

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