Como una fuente arroja sus aguas, un pozo que hace que sus aguas fluyan en una cantidad constante e ininterrumpida, así ella echa fuera su maldad, que brota en un arroyo constante; en ella se oye violencia y despojo, injusticia y despojo, porque fue entregada a estas formas de maldad; delante de Mí, es decir, Jehová, continuamente hay dolor y heridas, de modo que Él es testigo de sus actos de violencia y se siente profundamente ofendido por su maldad.

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