Y el Señor dijo a Satanás: ¿Has considerado a mi siervo Job, es decir, al concentrar su atención en él, que no hay otro como él en la tierra, un hombre perfecto y recto, que teme a Dios y se aparta del mal? Cf 1: 1. Y aún así, a pesar de la severa aflicción que le había sobrevenido, mantiene firme su integridad, su piedad y la perfección de su justicia delante de los hombres, aunque me empujaste contra él para destruirlo sin causa,es decir, dándole permiso a Satanás para enviarle tales grandes desgracias, parte de las cuales incluía el uso de las fuerzas de la naturaleza, que Dios; en cierto modo, puesto a su disposición. Nótese la ironía divina en el lenguaje de Jehová, especialmente en contraste con la burla desconcertada de Satanás.

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